A veces pienso que hay artistas que no crean por placer, sino por supervivencia. Jean-Michel Basquiat era uno de ellos. Su pintura parecía gritar lo que el cuerpo no podía sostener: rabia, soledad, la velocidad del mundo.
Detrás del ícono con coronas y grafitis había un chico de Brooklyn que dormía en sofás, pintaba sobre puertas abandonadas y firmaba sus frases en los muros con la firma SAMO, una especie de oráculo callejero que dejaba mensajes como si fueran profecías urbanas.
En The Radiant Child, dirigido por Tamra Davis, lo vemos hablar con esa mezcla de timidez y genialidad. La directora era su amiga, y eso se nota: no hay morbo ni distancia, solo ternura. Basquiat aparece en su estudio, manchado de pintura, con una energía inquieta, casi infantil. Hay algo triste en su forma de mirar, como si supiera que el mundo lo va a consumir.

El documental muestra el auge, la relación con Warhol, la fama, el racismo en el arte, la droga, el cansancio. Pero más que nada, muestra la incomodidad de ser observado. Como si ser visto por fin no le diera alivio, sino vértigo.
En Boom for Real, Sara Driver se enfoca en los años previos al mito: el Basquiat adolescente que todavía no era nadie, que vagaba por el Nueva York punk y sucio de fines de los 70. Ahí lo vemos libre, curioso, hambriento de todo. No hay mercado, ni glamour, ni entrevistas, solo una ciudad viva y un chico que empieza a entender que puede transformarla en lienzo.
Es, quizás, el retrato más honesto. Nos recuerda que antes de la leyenda hubo un chico que dibujaba para no sentirse invisible.

Si querés ver al Basquiat real —no interpretado, no editado, sino respirando en su tiempo— mirá Downtown 81. Es una película híbrida, medio ficción medio documental, filmada cuando él apenas empezaba. Camina por Manhattan como un fantasma lúcido, entre la pobreza y la euforia, hablando con músicos, artistas, desconocidos. Es el testimonio más puro del ambiente que lo formó, esa mezcla de arte, basura y poesía que definió una generación.
Cada documental muestra una versión distinta, pero en todos hay una constante: la necesidad de decir algo antes de desaparecer, y tal vez por eso todavía nos duele. Porque todos, en alguna forma, seguimos intentando dejar una marca antes de que el mundo nos borre.

(Disponibles en Criterion Channel, Mubi, YouTube o torrents culturales si sabés buscar)
Jean-Michel Basquiat: The Radiant Child (2010, dir. Tamra Davis)
Retrato íntimo, con material inédito y una mirada sensible.
Boom for Real: The Late Teenage Years of Jean-Michel Basquiat (2017, dir. Sara Driver)
Los años formativos, la ciudad como lienzo.
Downtown 81 (filmado 1980-81, lanzado 2000)
Basquiat en su hábitat natural, mitad documental, mitad ficción urbana.
Reseña por Miol
